La artrosis es una enfermedad frecuente que causa dolor, hinchazón y rigidez en las articulaciones. Existen diferentes factores de riesgo en su aparición, pero algunos de ellos se pueden prevenir. Te lo contamos.
Aunque suele asociarse con la edad avanzada, las personas jóvenes también pueden sufrir de artrosis como consecuencia de su estilo de vida. De hecho, se estima que en España esta enfermedad de las articulaciones afecta al 10% de la población general . Pero ¿qué es la artrosis exactamente y por qué aparece?
La osteoartritis (OA) o artrosis es una patología crónica que puede afectar a las diferentes articulaciones del cuerpo. Sin embargo, normalmente se localiza en la columna cervical y lumbar, el hombro, los dedos de las manos, la cadera, la rodilla o el dedo gordo del pie.
Esta aparece cuando el cartílago articular, el tejido que recubre los extremos de los huesos, se deteriora. Como consecuencia, las articulaciones pierden la capacidad de amortiguar el choque entre los huesos que la conforman y aparecen los síntomas de artrosis.
En ese sentido, cabe mencionar la diferencia entre artritis y artrosis, pues muchas veces se emplean erróneamente como sinónimos. En el caso de la artritis, es la inflamación la que provoca la enfermedad, mientras que la causa de la artrosis es el desgaste del cartílago articular.
No obstante, es cierto que artritis y artrosis pueden manifestarse con síntomas parecidos.
Artrosis: síntomas
El principal síntoma de artrosis es el dolor en las articulaciones, que puede ir acompañado de hinchazón y rigidez.
Se trata de un dolor mecánico. Es decir, se desencadena con el movimiento y mejora con el reposo. Por tanto, es una dolencia que puede manifestarse al realizar cualquier actividad diaria.
De hecho, esta es otra diferencia entre artritis y artrosis, ya que en la primera el dolor aparece sobre todo por la mañana o después de periodos prolongados de descanso.
Otro síntoma de artrosis frecuente son los ruidos articulares – como crujidos o chasquidos – al realizar ciertos movimientos, así como una sensación de bloqueo.
Finamente, la deformación de las articulaciones es también un rasgo característico en quienes presentan esta enfermedad. Sobre todo, en caso de artrosis en las manos, los pies y las rodillas.
Artrosis: causas
A pesar de que la artrosis no es una enfermedad hereditaria, sí tiene un importante componente genético. Es decir, puede aparecer con más facilidad en aquellas personas con familiares afectados.
No obstante, la edad, el sobrepeso, las alteraciones en la postura, la falta de ejercicio o el deporte de alta intensidad son otras de las causas de la artrosis más frecuentes.
Así pues, todos estos factores pueden provocar una respuesta inflamatoria por parte del sistema inmunitario, que acaba sintetizando unos anticuerpos específicos que destruyen el colágeno y provocan la erosión del cartílago.
En ese sentido, cabe decir que el colágeno para las articulaciones es esencial. No solo es uno de sus principales componentes, junto a los proteoglicanos, sino que es el responsable de darles resistencia. Se trata concretamente del colágeno tipo II, también presente en los discos intervertebrales y en el humor vítreo del ojo.
Cómo prevenir la artrosis
Conocer los principales factores de riesgo es fundamental para prevenir la artrosis y retardar la aparición de sus síntomas.
De este modo, aunque tengas antecedentes familiares de artrosis, hay medidas que puedes llevar a cabo para prevenir o frenar la artrosis.
- Mantén un peso adecuado. El sobrepeso y la obesidad provocan un mayor desgaste del cartílago, favoreciendo el daño en las articulaciones.
- Evita el sedentarismo. La falta de movimiento no es buena para el aparato musculo esquelético en general ni tampoco para el cartílago, ya que se atrofia.
Practica deporte moderado. La actividad física mejora la nutrición y la capacidad de renovación del cartílago articular. Así pues, conviene realizar ejercicio de forma habitual.
Por el contrario, el deporte de alta intensidad lo debilita y evita que se renueve adecuadamente.
- Adopta una buena postura. Unas posturas inadecuadas al trabajar, mirar la televisión, practicar algún deporte o cualquier otra actividad pueden afectar al buen movimiento de las articulaciones y provocar un desgaste prematuro del cartílago articular.
Utiliza ortopedia. Si es necesario, las plantillas para zapatos pueden corregir la carga que soportan las articulaciones para que estas funcionen de forma más óptima y prevengan sobrecargas.
Asimismo, en caso de dolor, se pueden emplear rodilleras, férulas u otros productos de ortopedia según la zona afectada.
Hoy en día no existe un tratamiento para la artrosis curativo. Sin embargo, estos hábitos en tu estilo de vida no solo te ayudarán a combatir la artrosis, sino también a mantener saludables tus huesos y articulaciones por más tiempo.