El dolor en las rodillas es uno de los problemas que más preocupan a la población. Con el paso del tiempo y la edad, cada vez son más las personas que padecen dolor en esta parte del cuerpo, y es por ello que debemos saber cómo podemos evitarlo.
Este tipo de dolor puede ocurrir por distintos factores. El factor que vamos a abordar hoy va a ser el más común a medida que nos vamos haciendo mayores: la artrosis.
La artrosis u osteoartritis, es un proceso degenerativo del cartílago articular que, aunque siempre se ha creído ser causado por el sobreuso de una articulación, no es del todo cierto. Cuántas veces hemos oído: "¡Tú tienes artrosis por correr demasiado!" o "Tengo artrosis por estar mucho rato de pie". Se trata de afirmaciones que no acaban de ser del todo correctas.
La artrosis, contrariamente a lo que se cree, se ha demostrado que es más bien causada por la presencia de unos compuestos químicos en el líquido intraarticular, que resultan nocivos para el cartílago. Estos compuestos son los encargados de debilitar progresivamente el cartílago y hacer que este sea cada vez más débil.
A su vez, en el líquido intraarticular, también aparecen una serie de factores inflamatorios, que son los que se cree que causan el dolor.
Si bien aún no sabemos con certeza la causa primaria que hace que en nuestro líquido intraarticular tengamos estos compuestos nocivos, tenemos cada vez más nociones de lo que podemos hacer para prevenirlos o disminuirlos:
- Mantente activo/a. Mantenerse activo es la mejor forma de evitar la acumulación de estos compuestos nocivos en la articulación. El movimiento sirve para lubricar la articulación, mejorando la nutrición del cartílago articular. Andar, correr, ir en bici, nadar, … todo son buenas alternativas para mantener el cartílago en buen estado.
- No estés mucho tiempo seguido sin moverte. Los largos periodos de inmovilidad han demostrado aumentar el dolor articular y, además, aumentan la cantidad de sustancias inflamatorias en las rodillas. Intenta, cada 30 minutos/1 hora, moverte, levantarte y hacer algún ejercicio sencillo. Por ejemplo: levantarse y sentarse de la silla 15 veces seguidas.
- Cuida tu peso y tu composición corporal. Se ha demostrado que la obesidad contribuye al dolor articular, principalmente porque influye directamente en que en la articulación haya más factores inflamatorios y, por ende, mayor dolor de rodillas.
- Haz ejercicio regular. La actividad física es importante (moverte, andar, pasear a tu perro, limpiar la casa, …) pero también es muy beneficioso hacer ejercicio en el que tu cabeza sea capaz de desconectar del día a día. Diferentes estudios demuestran que el ejercicio por placer es más beneficioso para el cuerpo que la actividad física que se hace durante el día. Hacer ejercicio y desconectar de todo lo demás puede ayudar a disminuir el estrés y a disminuir la inflamación articular.
- Adapta el ejercicio de manera progresiva. Para empezar a hacer ejercicio, además de contactar con un profesional de la salud que te ayude en ello, es muy importante empezar de manera muy progresiva. Así, dejarás que tu cuerpo se vaya adaptando poco a poco al ejercicio y podrás gozar de todos sus beneficios, además de evitar lesiones.
En conclusión: si quieres evitar o mejorar tu dolor de rodillas, debes saber que lo más beneficioso es el movimiento y el ejercicio. ¡El movimiento es salud!
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