Ejercicios condromalacia: recomendables y desaconsejables ¿cuáles son?

6 de Mayo del 2024
La condromalacia rotuliana es el nombre que recibe un síndrome doloroso en la parte anterior de la rótula.

Un dolor que se manifiesta especialmente durante la flexión y que habitualmente aparece acompañado de crepitación o chasquidos.

Aunque debido a causas diferentes, esta patología puede aparecer tanto en jóvenes como en personas mayores.

Los ejercicios para la condromalacia suelen ser un gran aliado para la mejora e incluso la recuperación completa, aunque esto dependerá del grado de afectación.

Sin embargo, no todos los ejercicios son adecuados cuando se sufre esta patología. De hecho, algunos de ellos pueden empeorar la situación.

¿Qué es la condromalacia rotuliana?

La condromalacia, también llamada síndrome patelofemoral o condropatía rotuliana, entre otros; consiste en una lesión degenerativa del cartílago articular de la rótula.

Presenta distintos grados de severidad, con un espectro que abarca desde el reblandecimiento del cartílago rotuliano y las fisuras leves hasta la pérdida completa del cartílago y la erosión del hueso.

Se trata de una patología multifactorial que puede deberse a diferentes causas de naturaleza variada (traumáticas, inflamatorias, degenerativas, mecánicas, etc.).

Así, la condromalacia rotuliana en personas jóvenes puede aparecer como consecuencia de la sobrecarga y la presión excesiva de la rodilla.

En personas mayores, sin embargo, suele estar ocasionada por enfermedades degenerativas, como la artrosis, que inducen el desgaste del cartílago de la articulación.

La condromalacia se manifiesta como un dolor en la cara anterior de la rodilla, a menudo relacionado con la actividad física.

El dolor se produce, sobre todo, con los movimientos de flexión y por ello suele empeorar al subir y bajar escaleras.

También se acentúa al mantener la rodilla flexionada durante un tiempo prolongado, por ejemplo tras permanecer mucho rato sentados o agachados.

Es habitual que el dolor tras la flexión prolongada, además de agudizarse, aparezca acompañado de rigidez y dificultad para extender la rodilla.

Por otro lado, es frecuente que se produzca crepitación o chasquidos al realizar movimientos de flexo-extensión.

El sobrepeso, la atrofia o debilidad muscular y el uso de calzado inadecuado son algunos de los factores de riesgo que pueden propiciar el desgaste del cartílago, por lo que conviene tenerlos en cuenta para prevenir la condromalacia.

No obstante, una vez que se manifiesta esta patología el ejercicio y la rehabilitación serán grandes aliados en el proceso de mejora y recuperación.

Ejercicios condromalacia: ¿todos son válidos?

Ejercicios condromalacia: ¿es válido cualquier ejercicio físico?

Una de las causas de condromalacia, principalmente en personas jóvenes, es la sobrecarga de la articulación de la rodilla, algo que a menudo se debe al sobreentrenamiento y a deportes que ejercen un gran estrés sobre las rodillas.

El tenis, el fútbol o el baloncesto son un ejemplo de actividades físicas exigentes para esta articulación.

Por tanto, determinados ejercicios son desaconsejables para la condromalacia, y, de hecho, algunos pueden incluso empeorar la situación.

Para evitar hacernos más daño o agudizar el dolor, a la hora de realizar ejercicios para la condromalacia conviene tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Las actividades físicas de impacto ejercerán un mayor estrés sobre la articulación de la rodilla, así que conviene evitar aquellas actividades que impliquen tener que correr o saltar.
  • El ciclismo, si bien no conlleva impactos, requiere la flexión repetitiva de la articulación. Por ello, es mejor sustituir el ciclismo por otro deporte o, si se practica, utilizar un sillín elevado para reducir la flexión de la rodilla.
  • Los ejercicios físicos que requieren una flexión inevitable y pronunciada de la articulación, como las sentadillas, causan gran presión y estrés en la rótula. Por este motivo, cuando se sufre condromalacia, es mejor no realizar este tipo de ejercicios. 
  • La conveniencia de prescindir de los ejercicios que nos obligan a flexionar la rodilla no solo se aplica a aquellos que utilizan el propio peso del cuerpo, sino también a los ejercicios que se realizan con máquinas.

Si se utilizan máquinas de musculación en el gimnasio será mejor evitar aquellas que requieran una flexión pronunciada de la articulación o adaptar los ejercicios de manera que se reduzca el estrés que han de soportar las rodillas.

Ejercicios condromalacia: ¿cuáles son los adecuados?

La condromalacia, en la inmensa mayoría de los casos, se trata de una forma conservadora.

Es decir, la intervención quirúrgica, que sería el tratamiento más invasivo, solo se emplea en casos graves y específicos.

Por tanto, esta patología se suele tratar con rehabilitación, mediante la realización de ejercicios adecuados y/o adaptados a la condromalacia y acompañados con la toma de antiinflamatorios o analgésicos para el dolor, si es necesario.

La actividad física para el tratamiento de la condromalacia consiste en un programa de ejercicios que se enfocan principalmente en el fortalecimiento y la amplitud de movimiento de la articulación.

Por lo general es conveniente que dicho programa sea supervisado por el médico o un fisioterapeuta, ya que es importante que se tenga en cuenta el grado de condromalacia y las particularidades de la persona (joven, persona mayor, patologías adicionales, etc.).

Así, el médico o fisioterapeuta, además de darnos las indicaciones necesarias, podrá adaptar y reajustar el programa de ejercicios en función de nuestra condición inicial y la evolución del problema.

Entre los ejercicios para la condromalacia y su rehabilitación que el médico o fisioterapeuta puede sugerirnos se incluyen:

  • Estiramientos del músculo gastrocnemio (gemelos), los glúteos, el sóleo, los cuádriceps o de isquiotibiales, entre otros.
  • Ejercicios de fortalecimiento, como deslizamientos en pared y estocadas o zancadas.
  • Ejercicios de equilibrio y propiocepción para mejorar la estabilidad, la orientación y la coordinación.

En definitiva, el ejercicio es fundamental para la recuperación y la prevención de las reagudizaciones de la condromalacia rotuliana.

No obstante, debe ser un tipo de ejercicio adecuado tanto para la patología en términos generales, como para el grado de severidad de cada persona en particular.

Por ello, es importante que sea un médico o un fisioterapeuta quien nos asesore sobre los ejercicios para la condromalacia que nos convienen y cuáles hemos de evitar.

 



REFERENCIAS
 

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